sábado, 9 de noviembre de 2013

Y llegó la hora de afrontar la realidad...


Esa madrugada no podía dormir, quería convencerme de que no pasaba nada, que me haría el test y sólo aparecería una rayita, pero dentro de mí tenía miedo. Eran las 6 de la mañana, no pude resistir más y me levanté para salir ya de dudas. Cogí el test, fui al baño, y me puse a hacérmelo...

Lo dejé sobre el mueble de baño, esperando que saliera el resultado. No puedo describiros lo que sentía, eran una mezcla se sentimientos que sólo las que os hayáis hecho algún test me entenderéis: miedo, nerviosismo, angustia, estrés... Y ahí estaban, dos rayas moradas. Me eché a llorar, no me lo podía creer. Miraba el test, miraba mi barriga y así durante un rato. ¿Yo embarazada? ¿Cómo? ¿Se habrá equivocado el test? ¿Lo estaré mirando mal y es cosa de la luz?
Cogí el test, lo puse de todas las posturas posibles, a la luz, de lado, de lejos...nada, las dos rayas seguían, allí. No me lo podía creer.


Fui a mi habitación, guardé el test y me volví a meter en la cama hasta que el despertador sonase. ¿Cómo se lo iba a decir a mis padres? ¿Qué diría mi novio? ¿Y mis amigas? ¿Y la gente del instituto? No podía parar de llorar, no sabía que iba a ser de mi vida.

Sonó el despertador y mi madre se levantó. No podía decirle que me había hecho ya el test, no, no podía... Fui al baño y al salir ella me preguntó. Le dije que estaba esperando que saliera el resultado, y a los minutos se lo di. Disimulé, hice como que no sabía que había dos rayas, no quería decírselo yo, preferí que ella por sí misma lo viera.

- Mamá, míralo tú que yo no puedo...Estoy nerviosa.
- Dámelo nena. Tranquila que seguro que no sale nada, relájate.
- Mamá...dime algo. ¿Qué?
- Lorena, aquí hay dos rayas, dos rayas...Ay Dios mío Lorena...

Nunca olvidaré esa conversación, su cara, cómo me miraba. Me volví a echar a llorar, no podía decirle nada. Me abrazó, me dijo que no pasaba nada, que podía no tenerlo, que sería lo mejor para mí. ¿No tenerlo? No se me pasó por la cabeza. Sería lo más fácil a largo plazo, pero...no, no quería. Mi madre se enfadó, discutimos, no entendía como podía querer ser madre, no me entendía a mi.

Me fui al instituto, lo que menos me apetecía en ese momento era discutir con ella sobre eso, era mi decisión y tenía que respetarla fuera cual fuera. Tenía cosas más importantes en las que pensar... ¿Cómo se lo diría a mi novio y a mi padre?


 

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