Tras las fiestas tocó incorporarse a la guardería. Me comentó su profesora que la veía preparada para empezar a quitarle el pañal poco a poco, aún no tenía ni 18 meses así que fuimos tranquilos. Empezaron por sentarla cada hora en el váter de la guarde, para que se fuera acostumbrando a él. Primero con el pañal puesto y cuando ya lo conocía empezaron a quitarle el pañal. Le encantaba sentarse en él pero no estaba muy por la labor de darle uso. Yo en casa lo intentaba pero era muy rara la vez que conseguía que hiciera pipí dentro del váter, aún era muy pequeña así que decidimos aplazar la operación pañal.
Celebró su primer carnaval disfrazada de abeja, pero no le gusto mucho eso de disfrazarse...
Su cumpleaños lo celebramos como el año anterior, en el mismo local con la familia. Era muchísimo lío y para el año siguiente ya pensamos en hacer otra cosa. Aprovechamos la llegada del verano para quitarle el pañal al 100%, y aunque hasta no hace mucho se seguía haciendo pipí encima de vez en cuando, lo asimiló bastante bien. La caca le costó un poco más y siempre se la hacía encima, le daba miedo hacerla en el váter, no me preguntéis por qué, y eso que nos regalaron un orinal con música cuando tiraba de la cadena y tal...Ella no entendía que era eso que salía. Al cabo de un mes ese era un tema también controlado.
Un día peinándola cuando llevaba poco tiempo de guarde le vi un piojo. Es hablar del tema y ya me pica por todos lados...¡¡UN PIOJO!! No podía ser, bajé corriendo a la farmacia...Compré un producto de allí y se le quitó el odioso bichito. Al día siguiente lo dije en la guardería y localizaron a más niños con el mismo problema, pero lo consiguieron eliminar. No volvió a cogerlos más.
Mis clases iban relativamente mejor, ya estaba en tercer curso, pero seguía teniendo asignaturas arrastrando. Había momentos en los que me frustraba y pensaba que jamás conseguiría terminar la carrera, que no era capaz, que era demasiado complicado para alguien como yo...pero luego miraba a mi hija y comprendía que por ella debía hacerlo. Por su futuro más que por el mío, yo pasé a un segundo plano desde el momento en que vi su cara.
Con mi novio iban las cosas bien, había momentos en los que todo estaba tenso por la situación en la que teníamos que estar (cada uno en una casa), pero nos habíamos "acostumbrado". En Agosto encontró un trabajo en el que actualmente sigue, su horario es un desastre y hace que nos veamos menos, pero hoy día no se puede elegir mucho. Hacemos lo que podemos.
Esas Navidades Judith tenia ya 2 años y 4 meses y se enteraba de todo mucho mejor. Volvimos a ir a ver el centro alumbrado, volvimos a comprarle OTRA pandereta (cómo no...) y su traje de pastorcilla para la fiesta de Navidad de la guarde, el del año anterior ya le quedaba pequeño. Mi princesa crecía. Ella lo eligió y tengo que deciros que tiene buen gusto jajaja
Y sin darnos cuenta dejábamos otro año atrás, otro año como mamá, otro año más feliz que el anterior.
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